EL LADRÓN DE CEREZAS
Una mañana temprano, mucho antes del primer canto del gallo,
despertado por un silbido, me asomé a la ventana.
Subido a un cerezo –el alba inundaba mi jardín–,
había sentado un joven con el pantalón remendado
que cogía alegremente mis cerezas. Al verme
me saludó con la cabeza, mientras con ambas manos
pasaba las cerezas de las ramas a sus bolsillos.
Largo rato, de vuelta ya en mi cama
le estuve oyendo silbar su alegre cancioncilla.
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¡Hola, amigos! Con estos versos del poeta y dramaturgo alemán Bertold Brecht (1898 – 1956) damos inicio a un viaje a través de poemas que le han abierto brecha a mis pasos sobre el planeta Tierra. ¡Que los disfruten!
(La versión es de Jesús López Pacheco sobre la traducción directa del alemán de Vicente Romano)
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El original en alemán:
DER KIRSCHDIEB. (Bertolt Brecht, 1938).
An einem frühen Morgen, lange vor Hahnenschrei
Wurde ich geweckt durch ein Pfeifen und ging zum Fenster.
Auf meinem Kirschbaum –Dämmerung füllte den Garten–
Saß ein junger Mann mit geflickter Hose
Und pflückte lustig meine Kirchen. Mich sehend
Nickter er mir zu. Mit beiden Händen
Holte er die Kirschen von den Zweigen in seine Taschen.
Noch eine ganze Zeit lang, als ich wieder in meiner Bettstatt lag
Hörte ich sein lustiges kleines Lied pfeifen.